Vírgenes Medievales Hispánicas

1. El Substrato

1.7. Hitos marianos (I)

En el siglo II, Ireneo, discípulo de san Juan y procedente de Esmirna, es nombrado obispo de Lyon. Él y sus escritos ejercen una gran influencia en la cultura religiosa mariana. También Justino y Tertuliano, futuros santos, empiezan a escribir sobre la virgen como introductora del bien, en contraposición a la figura de Eva, introductora del mal

En el siglo III hay evidencias de culto a Isis en ciudades

En la idea cristiana, Occidente iba a remolque de Oriente. La idea mariana no tiene entidad todavía, ya que el cristianismo está debatiendo sobre la naturaleza de Cristo. Algunos apoyan la separación de la naturaleza divina y humana de Jesús, y otros –los docetistas– niegan la existencia real de la naturaleza humana. Una y otra posición desdibujan la figura de María, que no está en el centro de la teología más que de manera subsidiaria a la conclusión de la naturaleza de Jesús.

En el Concilio de Elvira (305) se ordena no realizar pinturas sacras para que "los idólatras no crean que los cristianos actúan como ellos".

las invocaciones como "el fruto floreció en el vientre de María" o "la Tierra ha dado su fruto", y se nombra por primera vez a María en la formulación baptismal

En el 325, la idea del Concilio de Nicea es unificar posiciones entre las distintas facciones cristianas sobre la naturaleza de Jesús con respecto al Padre y, en consecuencia, sobre cómo definir la figura de María. Es en este concilio cuando se proclama por primera vez que el "Hijo de Dios fue engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre", iniciando así los pilares de la mariología cristiana.

En el siglo IV se nombra por primera vez a María en la misa cristiana y se establecen las primeras festividades marianas en la zona oriental, en Siria y en Constantinopla, y aparecen las primeras iglesias bajo invocación mariana: en Jerusalén, en el monte Graizim (presunto sepulcro de María), la Patriarcal de Alejandría; Santa María la Mayor (Roma), Santa María de la Antigua (Roma) o Santa María de Trastévere (Roma).

como san Ambrosio, san Efrén o san Eusebio empiezan a dedicar largos escritos a María y se nombra por primera vez a María en la misa cristiana, pero siempre en Oriente. Se establecen las primeras festividades marianas en Siria y en Constantinopla.

comienza a pintar iconos de María, no sin fuertes debates, pero la escultura mariana, que se centraría en Occidente, tardaría todavía siglos en llegar.

Prudencio hace una primera advocación al respecto de la virginidad y la maternidad de María

En el siglo V, el Concilio de Éfeso (año 431) debatió largamente sobre la naturaleza de Cristo en relación directa con la idea de si María debía ser considerada madre de Dios (Theotokos) o solamente "madre de Cristo" (Khristotokos). ¿Era su hijo era un hombre en el que la divinidad había ido a habitar o era por el contrario Dios desde siempre y, en consecuencia, ella era madre de un hombre que se hizo dios o era madre de Dios? Éfeso otorgó a María la categoría de Theotokos, es decir "madre de Dios", con lo cual su figura adquiere una giro divino y se asientan los pilares de la mariología cristiana

El Concilio de Calcedonia (año 451) recoge toda la idea mariana de Theotokos y le da forma, y en el Concilio de Constantinopla (año 553) se condena ya de manera explícita a quien no considere a María como Theotokos.

(A partir del VI, ver en "Hitos Marianos" del capítulo "Época Anicónica")

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