Vírgenes Medievales Hispánicas

4. La gran expansión mariana

4.6 Sus leyendas

En ese momento se reescribieron antiguas leyendas y aparecieron otras nuevas como elementos de difusión de María. Las nuevas leyendas incorporarían personajes de la realeza con fines políticos, y su objetivo sería por lo general, asociar la reconquista al beneplácito celestial. Esto es, las imágenes serían “partidistas” en la guerra contra el infiel: ayudarían al cristiano y a sus conquistas, y, a menudo, serían causa directa de la derrota musulmana. María había dejado de ser pueblo y se había situado en el poder. En las nuevas leyendas, las imágenes “aparecerían”, y ya no eran “halladas”: esto les conferiría un mayor vínculo con Dios -las hacía más celestiales- y conectaría la voluntad del cielo con la del Rey, dando asimismo dignidad divina a la lucha. Todas y cada una de las conquistas del sur de la Península tenían su leyenda mariana. Todas y cada una de las campañas de Fernando III estaban apoyadas por el poder celestial: Andújar, Baeza, Sevilla, Jaén, Córdoba... Entre los siglos XIII y XV, cada ciudad, cada batalla, tenía su leyenda, y algunas ciudades, más de una. La proliferación llegó a tal punto que el recopilador de leyendas marianas Sánchez de Feria, en el siglo XVIII, escribió:

“Ciertamente admira ver que solo en Córdoba haya tantas célebres Imágenes aparecidas, y milagrosas, cuyo número excede sin duda a otras Poblaciones del mundo. Bendito sea el Señor, que tantas mercedes le hizo, y nos hace a los que nos creó en este País: y bendita sea la Madre de Misericordia, que quiso con tantas pruebas demarcar por suyo el País, [...]”.(SÁNCHEZ FERIA, Bartolomé. Palestra Sagrada o Memorial de Santos de Córdoba. Oficina de Juan Rodríguez en calle Librería Córdoba, 1772).

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