Vírgenes Medievales Hispánicas

3. Las primeras imágenes

3.2. Desde dónde llegaron? (I)

En la búsqueda del cuándo, muchos autores coinciden que la imagen más antigua de Occidente, fechada con certeza, es la imagen de Clermont-Ferrand, en Auvernia. Para responder al desde dónde parece adecuado preguntarse primero si la imagen de Auvernia llegó allí de manera casual o si, por el contrario, la zona era un centro de producción y difusión propia. Desde luego, en este territorio, dominado en la Edad Media por los merovingios primero y por los carolingios después, se concentra una enorme cantidad de imágenes muy antiguas. Parece haber sido un gran centro de veneración y producción junto con Occitania y Provenza.

Esta producción de Auvernia, Occitania y Provenza influyó, sin duda, en la aparición de imágenes en la Península, dado que, desde el siglo IX, toda la zona norte peninsular, desde Pamplona hasta Barcelona, formaba parte de la órbita franca. También ahonda en esta posibilidad el hecho de que muchas de las imágenes más antiguas de la Península son de gran calidad técnica y artística: algunas son tallas muy elaboradas, que podrían catalogarse de auténticas joyas, a semejanza de las tallas francas. Y si, al filo de estas reflexiones, consideramos cómo se distribuyen las imágenes más antiguas en las distintas regiones de la Península (véase mapa en color), veremos que existen una zona de gran concentración y otra de menor concentración o derivada; su distribución indica asimismo que las imágenes llegaron por el norte y lo hicieron además por vía terrestre y no por vía marítima, es decir, a través de los Pirineos.

Y llegamos aquí a la primera paradoja: si comparamos el mapa de la sobre la distribución de las tallas marianas antiguas con los lugares donde la religión cristiana tenía estructuras organizadas (mapa en blanco y negro) que, simplificando, podemos identificar por obispados, nos sorprendemos.

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