Vírgenes Medievales Hispánicas

5. Las vírgenes negras

5.5. Por qué negras?

Ya es hora de dar por hecho que las imágenes negras lo eran deliberadamente. Debemos ya descartar las teorías que atribuyen el color de su encarnadura a la oxidación y el humo de las velas, como si en uno y otro caso hubieran afectado, como por arte de magia, solamente a las imágenes marianas y en ninguna otra parte de la imagen más que en la encarnadura, y no a la vestimenta ni al trono ni a parte más alguna. También deberíamos empezar a pensar positivamente en cuanto a la “suma” que representa la evocación de las tradiciones ancestrales en las imágenes. Antes de pasar de lleno a las diferentes teorías que se han desarrollado al respecto, deberíamos rememorar que las piedras negras, en sí misma, fueron, a menudo, objeto de veneración. La más importante de ellas, sin duda, La Kaaba, o piedra negra de la Meca. Por su inusual evocación , citaremos, aquí, la piedra negra de Éfeso, la Señora de Éfeso, la Negra de Éfeso. ¡Que más clara evocación! Nos recuerda Antonio Hernández Lázaro, en su documentadísimo libro "Vírgenes Negras del Sur", que en los Concilios de Toledo del Siglo VII, se condenó, categóricamente la veneración de piedras negras, lo cual es señal inequívoca de que se hacía.

Es lógico pensar que las imágenes se pintaban de negro por un algún motivo determinado y, seguramente, ancestral y hasta casi desconocido en según que momentos. Al igual que ahora, hemos desconectado del motivo inicial de ciertos ritos y, solamente, los repetimos. A mi entender, esta idea, la de la evocación, heredada, de la magia de las piedras negras, es la base principal de la negritud. Al margen de la idea primera, seguramente subyacente en todas, actualmente, al respecto del significado del color negro, podemos encontrar varias teorías.

A.- Es la María del Cantar de los Cantares:

Es la María del Cantar de los Cantares. Esta teoría apunta a que son representaciones de la María descrita en los primeros versículos del Cantar de los Cantares: “Nigra sum sed Formosa” -”soy negra pero hermosa”-. Es la misma teoría que intenta explicar la encarnadura negra de las supuestas pinturas de San Lucas -de las que ya se ha hablado- y el color de la encarnadura de muchos iconos bizantinos, aplicada a las tallas de bulto redondo. Según esta teoría, las imágenes eran negras por imitación de las pinturas de San Lucas, en aplicación de la frase del Cantar de los Cantares. Aunque se está haciendo una doble suposición, una, que el color negro de los ikonos lo era por el Cantar de los Cantares, y la segunda, que estos afectaron a la escultura, no podemos descartar totalmente la teoría; no obstante, al igual que la teoría de la manzana, resulta una explicación de círculos de intelectualidad religiosa cristiana que, con bastante seguridad, no eran los ejecutores de las imágenes en ese momento. Los iconos fueron siempre pinturas, no esculturas, y su extensión por Europa se produjo a partir del siglo XII. Por tanto, si bien algunas imágenes negras podrían deberse a la influencia de los iconos, esta teoría no explicaría la existencia de imágenes anteriores.

B.- Son diosas mistéricas santificadas.

Las imágenes podrían ser de aquellas diosas santificadas e incorporadas al pensamiento cristiano en aquella “suma” practicada por la Iglesia de Occidente. Aun así, cabe preguntarse por qué esas imágenes mistéricas eran de color negro. Quizá en honor a la famosa Isis?. .

1.Podrían ser representaciones de la madre Tierra, oscura y negra como las entrañas de la Tierra de donde nace todo fruto, la famosa "Madre Tierra" del hermetismo simbólico que sabemos fue venerada en muchísimas zonas en ritos basados en los ciclos naturales.

2.Podrían ser diosas mistéricas, magas, de alguna creencia en la que lo mistérico y desconocido se asocia con el negro, y lo visible y evidente, con el blanco.

3 Podrían ser imágenes nacidas de la tradición de la llegada de Kali a la Provenza. Esta teoría parte de la leyenda merovingia de las “Tres Marías”, según la cual llegaron a la Provenza familiares de Cristo. Sin embargo, si las imágenes negras respondieran a esa tradición, el Infante debería ser una niña, tal como indica la leyenda, y, aunque en algún pequeño número de imágenes así lo parece, la gran mayoría muestran, sin ningún género de dudas, que el Infante es un varón.

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