Vírgenes Medievales Hispánicas

7. Alrededores

7.2. De León (1)

Tal como he tratado de explicar, creo que la entrada de María en la Península fue, tanto en lo que respecta a la idea, como a su representación, suave y paulatina. Podríamos decir que fué deliberadamente integradora.

Sin embargo, en el siglo XII se produjo un marcado cambio no solamente en la ideología mariana, sino también en la forma de imponerla y en los objetivos que perseguía. Y, a mi entender, dicho cambio enfrentó dos concepciones distintas de la idea mariana. Así, cuando María empezó a utilizarse como elemento diferenciador con lo musulmán y como estandarte de los cristianos creo que se produjo cierta resistencia, o incluso enfrentamiento, entre dos concepciones diferentes de María.

Con esta idea, me llamó mucho la atención la historia de las dos catedrales consecutivas de León, nada menos que capital del reino. En León se edificaron dos catedrales con una diferencia de tan solo 80 años. La nueva catedral no se hizo agrandando el primer templo, sino que se construyó ex novo derruyendo previamente la primera. Este hecho constituye un caso casi único -existe otro caso, el de El Burgo de Osma- en toda la geografía peninsular. La destrucción de un templo es una manifestación de agresión social. Incluso en los casos de cambio de religión, no era habitual su destrucción. A la mezquita, se le anexionó el templo cristiano.

Sabemos la primera catedral fue financiada por Ordoño rey de León, y su destrucción y la edificación de la nueva fue financiada por la corona de Castilla. Sabemos, también, que la antigua catedral estaba dedicada a la virgen de Regla, virgen tradicionalmente negra con el infante blanco (por lo menos en las imágenes actuales de esa advocación), mientras que la imagen de la nueva catedral se dedica al la "Virgen blanca". Curioso nombre que parece indicar cierto antagonismo no solamente de colores.

La nueva catedral fue construida por maestros franceses, y en su ejecución no pudieron intervenir ni el clero albigense ni el templario, fuertemente afincados en León.

Por otra parte, la colegiata de León, dedicada a san Isidoro, (Isis-doro o "regalo de Isis") pasaría en estos mismos momentos, al igual que la catedral, de manos benedictinas a manos cistercienses, las nuevas órdenes religiosas que surgieron en el siglo XIII.

Todo ello lleva a pensar que se produjo un enfrentamiento entre fracciones del clero. De hecho, sabemos que los reductos albigenses, cuando fueron expulsados de Francia, se refugiaron en León, lo cual hace pensar que existía un ambiente religioso muy proclive a esa tendencia, que ahora se persigue.

Al poco de la destrucción de la catedral románica, albigenses y templarios desparecen de León. Y, curiosamente, parece que se refugian en territorio musulmán, mucho más condescendiente con el antiguo cristianismo que la nueva idea mariana con su pasado.

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