2. La época anicónica
Hasta la llegada de los romanos, la Península Ibérica había sido, en cuanto a religión, un territorio “pagano”, como lo denominaría la cristiandad posteriormente, y con profusión de deidades. Como ya hemos visto, el cristianismo arraigó en la Península Ibérica de la mano de la romanización, y, para finales del siglo IV, el territorio se encontraba ya bastante cristianizado.
En cuanto a la representación escultórica, el tiempo anterior se había caracterizado por una gran profusión. Pero el Imperio Romano Occidental tocaba a su fin y su desaparición vendría determinada por el asentamiento de pueblos germánicos -de pelo castaño y ojos claros-En este período, en la Península se afianza el cristianismo y también la idea Mariana, pero desaparecerá la representación religiosa. ¿Cuál fue el motivo de este refuerzo cristiano, por una parte, y esa desaparición escultórica, por otra En los diferentes apartados de este capítulo trataremos de dar respuesta a estas preguntas