6. Los símbolos

Los colores de la vestimenta que más se repiten en las imágenes son los colores o combinaciones siguientes:

Rojo + azul oscuro

Rojo + azul oscuro y amarillo (o dorado)

Dorado en su totalidad

Dorado y azul

A lo largo de los años, las imágenes pueden haber sido pintadas y repintadas en varias ocasiones. Aunque las tradiciones religiosas tienen tendencia a repetir las condiciones originales, probablemente el color del vestido habría podido considerarse una cosa menor. De hecho, nos consta el cambio de color en algunas restauraciones de imágenes; otros trabajos, en cambio, se han mantenido fieles a los colores originales de la talla. La repetición de la combinación de rojo, azul oscuro y amarillo induce a considerarla como la combinación original mayoritaria, en los casos de usos de diferentes coloraciones. En las tallas monocromas, el color mayoritario es, sin duda, el dorado.

Aunque se ha insistido mucho en el uso mayoritario del verde en la coloración del vestuario de las imágenes, lo cierto es que en la muestra tratada no es así. Por este motivo, y para constatar que los datos de la combinatoria mayoritaria de colores que nos da la muestra son correctos, vale la pena detenerse unos momentos en la coloración de pinturas religiosas románicas. Las grandes pinturas románicas que centran su atención en la representación específica de la divinidad son los pantocrátores. En los pantocrátores más famosos -por ejemplo, en el del ábside de Taüll, los colores predominantes, y en algunos casos los únicos, son precisamente el rojo, el azul y el amarillo. También respalda como correcta esta combinatoria la reproducción de los colores que los técnicos han creído identificar en la policromía casi perdida de la dama de Elche: en ella se repite la trilogía de color: rojo, azul y dorado.

Acerca de la simbología de estos colores, Jean Chevalier y Alain Gheerbrant nos dicen lo siguiente: “De forma genérica, los siete colores corresponden a los siete días de la semana y las siete notas musicales. Algunos colores representan los elementos esenciales: el rojo, el fuego; el blanco, el aire; el verde, el agua; el negro o el marrón, la tierra. Aquí podríamos ver, de nuevo, la simbología de las vírgenes de encarnadura negra como “Madre Tierra”. Según los profetas, de Dios emanan tres esferas: la roja, que es el amor; la azul, que es la sabiduría, y la verde, que es la creación”.