3. Las primeras imágenes

Imágenes reconvertidas de cultos anteriores

En la “suma” que el cristianismo practicó a partir de las tradiciones anteriores, se incluyeron también imágenes que fueron reconvertidas al cristianismo. Este hecho -anteriormente, si no negado, cuando menos sí ocultado por la Iglesia católica- es del todo aceptado en la actualidad, como hemos comentado anteriormente. Las imágenes de este grupo son, según la tradición, de gran antigüedad: algunas de sus leyendas las sitúan en el siglo VIII o incluso VII, algo que no sería aceptable para la representación de la María cristiana. Y no es de extrañar que la tradición afirme que, tras su hallazgo, las imágenes no querían ser removidas del lugar. Es, sin duda, una evocación a la voluntad del pueblo de mantenerlas.

Las llamadas Vírgenes Negras

Grupo de imágenes que presentan su encarnadura de color negro o muy oscuro. -véase, en este sentido, el capítulo 5 con todos sus apartados- . Seguramente estas imágenes serian un subgrupo del anterior. Imágenes cristianizadas.

Extensiones locales de las imágenes

Finalmente, como es natural en un objeto de gran aceptación social, se elaboraron multitud de imágenes en talleres locales imitando las características simbólicas más importantes, para poder disponer de una en cada localidad. La visualización de las magníficas imágenes de los monasterios, la incorporación de los santuarios locales y la extensión de un culto más uniforme favorecieron la voluntad de hacerse con imágenes propias locales, con lo cual el número de estas se extendió a base de copias e imitaciones. Algunos centros influyentes, por su buena técnica o por su fama milagrera, atraían a quienes posteriormente reproducirían en sus localidades imágenes marianas de ámbito local. Esos mismos centros elaboraban pruebas de imágenes menores que se aprovechaban luego para lugares de menos renombre: esto explica el gran parecido entre distintas tallas, que va mucho más allá de simples semejanzas por imitación.