6. Los símbolos
6.3. Las manos (I)
Las manos de las imágenes medievales presentan unas características y unas posiciones tan semejantes que inducen a pensar que representan también algún tipo de simbología o incluso señal al espectador. En la cristiandad, la simbología de la mano es innegable. Expresiones como “La Mano de Dios” o “Dejar algo en manos de Dios” lo demuestran. Se refieren siempre a algún poder inexorable o portentoso. Es muy significativo que, en hebreo, “iad” signifique tanto “mano” como “poder”. Y esta polisemia, sin duda, no es casual y puede darnos idea del significado concreto de la mano y, de manera especial, del significado de las imágenes de “mano grande”. Efectivamente, existe un grupo muy interesante de imágenes que muestran una mano derecha extremadamente grande. Esta tipología es lo suficientemente numerosa para que se haya acuñado, para referirse a ellas, el término de “imágenes de mano grande”. Cerca de un 7\% de la muestra trabajada podría clasificarse en esta categoría. Sin embargo, hay que advertir que son muchas las imágenes que han perdido su extremidad derecha, bien sea porque sobresaliera de la escultura, bien sea intencionadamente por motivos que se nos escapan, por lo que la proporción final podría ser mayor. Se incluyen aquí, a modo de ejemplo, algunas imágenes de mano grande.
De manera general, podríamos decir que, en las tallas más antiguas, las manos y los brazos aparecen a los lados del Infante en paralelo, sin tocarlo. Es la posición que se ha convenido en llamar “de trono”, ya que la imagen femenina parece no tener contacto alguno, ni tan siquiera emocional, con el Infante. Sin embargo, pronto la mano izquierda empieza a entrar en contacto, en posición de “apoyo”, con el hombro del Infante, o bien a media posición en el antebrazo o en posición baja, junto a la pierna izquierda del Infante. Estas tres se convertirán en las posiciones habituales de las imágenes.