Vírgenes Medievales Hispánicas

7. Alrededores

7.4. De las Navas (I)

En el monasterio de Las Huertas, en la provincia de Soria, hay una imagen (no expuesta al público) cuyo sobrenombre es "la de las Navas", en referencia a la batalla de las Navas de Tolosa. En este monasterio está enterrado el obispo Ximénez de Rada, obispo de Osma, arzobispo de Toledo y primado de España, que estuvo involucrado en la organización de la batalla. Seguramente la imagen debió llegar al monasterio en el momento del entierro del obispo, en 1249, entre las pertenencias de su ajuar funerario. La imagen presenta la sobriedad y serenidad de las imágenes palentinas.

En mi base de datos tengo otra imagen -la Virgen del Tovar en Meneses de Cerrato, Palencia- que lleva por sobrenombre "la de las Navas". Según la tradición, la imagen pertenecía a Tello Téllez, obispo de Palencia que tomó parte en la batalla de las Navas de Tolosa. Sin embargo, de la imagen se añade que “proviene de Burgos”.

La coincidencia cruzada era curiosa, y decidí bucear un poco en la historia buscando algún dato que pudiera explicar esa tradición. Y encontré uno. Quiero aclarar que se trata de una elucubración; el lector decidirá si la cree plausible. Hubo un momento en la historia en el que dos obispos, el de Palencia y el de Burgos, -a la sazón Tello Téllez y Don Mauricio- fueron designados para una cometida histórica: Dirigir el cortejo fúnebre y el entierro de un rey de Castilla. Fue en 1217, cinco años después de la batalla de las Navas de Tolosa- (1212).

El 16 de junio de 1217 moría en Palencia Enrique I, rey de Castilla. Tenía tan sólo 12 años y murió a causa de un accidente infantil fortuito. El jovencísimo rey estaba, en aquel momento, bajo la tutela del noble Álvaro Núñez quien le retenía en Palencia para alejarlo de su hermana Berenguela y disponer de influencia en el poder real.

Aunque Los Núñez quisieron ocultar la muerte del niño rey el máximo tiempo posible, don Tello, obispo de Palencia y fiel a la familia real de Castilla, avisó a Berenguela de la muerte de su hermano menor. Berenguela convocó Cortes con extrema urgencia, y allí proclamaron rey a si hijo Fernando que reinaría con el nombre de Fernando III y el sobrenombre de "el santo". De manera inmediata, Berenguela mandó un séquito a Palencia para que se hiciera cargo de las exequias del pequeño Enrique y llevara el cortejo fúnebre al monasterio de Las Huelgas, en la provincia de Burgos, donde sería sepultado. Al mando de ese cortejo envía a dos obispos: Tello Téllez, obispo de Palencia, y al obispo de Burgos - a la sazón Don Mauricio- cuya diócesis se encontraba bajo los auspicios del arzobispo Ximénez de Rada.

Planteemos una hipótesis, es simplemente un imaginar para encontrar razón a las leyendas:

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